lunes, 19 de noviembre de 2007

Críticos

Criticar posee dos facetas contrapuestas y complementarias. Por un lado implica destrucción o denuncia de algún aspecto que es erróneo, grave, injusto etc. A ello se le debe añadir forzosamente el segundo campo, el constructivo, que añada soluciones, permita la corrección o una mejora. Cada vez con más frecuencia, como podemos ver en la televisión, blogs o periódicos, abundan pequeños individuos que confunden criticar con “rajar”, insultar o degradar. Esto último es sencillo, barato, cómodo y se gana los aplausos de un modo fácil y sin el menor esfuerzo. Consiste en culpar de todo a los demás, en escrutar al público que siempre corretea a sus pies hasta hallar sus errores para dimensionarlos y humillarles de un modo crudo y dañino. Las risas surgen de modo inmediato.

1 comentarios:

l&l dijo...

Dos puntos que se atraén,
no tienen por que elegir forzosamente la recta;
claro que es el procedimiento más corto.
…Pero hay quienes prefierén el infinito.

un beso mi niño