jueves, 24 de marzo de 2011

Viendo cable...

(Jebus permita que siempre exista y así evitar la nefasta televisión nacional) hubo una pieza muy interesante, un programa de televisión de diez minutos de duración, realizada por un caballero de la escuela de economía de Londres, un profesor que parecía el hombre menos peligroso que te puedas imaginar. No se parecía para nada a un agitador político apocalíptico; parecía y era contable y economista. Sin embargo, la imagen real que estaba pintando era muy convincente. Decía que la única razón de que los gobiernos sean gobiernos es porque controlan la moneda; que en realidad no hacen nada por nosotros sin que tengamos que pagarlo, sino que lo que hacen es exponernos a la amenaza de la guerra contra otros países a causa de sus acciones temerarias. En la actualidad, incluso no nos gobiernan, sino que lo único que hacen es controlar la moneda y recoger los ingresos.

Por eso, si en el pasado querías ingresar en la cárcel para siempre, la mejor forma no era ser un asesino en serie, tan sólo tenías que intentar acuñar tu propia moneda. Porque la naturaleza del dinero es un poco mágica: esas piezas de metal o de papel sólo tienen valor si la gente cree en ellas. Si alguien hacía circular otro tipo de pieza de metal o de papel, y si la gente empezaba a creer en esa forma de comercio más que en la otra, entonces toda su riqueza podría desaparecer de repente. Por lo que los intentos de introducir monedas alternativas en el pasado se erradicaban sin piedad.

Bastante didáctico, no?