miércoles, 18 de julio de 2007

Ser o deber ser

Cuando se habla de valores, de ideales o incluso de normas jurídicas, es frecuente confundir ser y deber ser. El ser es la realidad, lo existente, pero el Derecho, y por tanto los valores e ideales que inspiran a éste, no es la realidad, no es el ser, es el deber ser, lo que queremos que esa realidad sea. Así, el hecho incontestable de que no haya (suficiente) justicia en nuestro mundo no niega el hecho de que queramos mayoritariamente (o al menos se supone) que la justicia sea un valor superior de nuestro ordenamiento (es decir, de las reglas del juego de nuestras sociedades), y desde luego no es lo mismo una sociedad que crea en esos ideales (justicia, libertad, igualdad, etc.) que una sociedad que no crea en ellos.
Ejemplos de este último tipo de sociedades los hay para dar y repartir en la historia; venimos precisamente de un pasado donde se aceptaba como derecho natural los estamentos, las castas, los privilegios, el sometimiento del débil y la imposición del poderoso gracias al uso y abuso de la violencia. La idea humana de justicia nos sirve precisamente para alejarnos poco a poco de la inveterada ley de la selva de la que venimos igual que el resto de animales, es decir, de la ley del más fuerte.
Porque sin las ideas y valores de la esfera del deber ser (justicia, libertad, igualdad, etc.), es imposible que la realidad humana se aproxime en lo más mínimo a lo que queremos que sea esa realidad. Sin nuestros ideales y las leyes que los encarnan, estaríamos muchísimo peor de lo que estamos, en términos de injusticia, desigualdad y falta de libertades. Dicho de otro modo, que para llegar no ya al final del camino sino al menos a la mitad, tienes que tener una meta, un objetivo que te guíe; de lo contrario siempre te quedarás en la casilla de salida, la de la barbarie y el caos absoluto del que procedemos.

viernes, 13 de julio de 2007

Nunca me has gustado

Estamos acostumbrados a que las obras autobiográficas nos revelen traumas y problemas de los artistas de una manera casi histriónica, con golpes de efecto que tratan de convertir las historias en algo único (lo cual sin duda es cierto para los propios autores), pero que al final lo único que logran es tratar de convencernos por el camino más fácil, el de la compasión y la sensiblería.

miércoles, 4 de julio de 2007

Iluminado, algo torcido pero iluminado

"Resulta de todo punto monstruosa la forma en que la gente va por ahí hoy en día criticándote a tus espaldas por cosas que son absolutamente y completamente ciertas.”
Oscar Wilde.